El
control de gestión es un proceso que sirve para guiar la gestión empresarial hacia los objetivos de la organización y un instrumento para evaluarla.
Existen diferencias importantes entre las concepciones clásica y moderna de control de gestión. La primera es aquella que incluye únicamente al
control operativo y que lo desarrolla a través de un
sistema de información relacionado con la
contabilidad de costes, mientras que la segunda integra muchos más elementos y contempla una continua interacción entre todos ellos. El nuevo concepto de control de gestión centra su atención por igual en la planificación y en el control, y precisa de una orientación estratégica que dote de sentido sus aspectos más operativos.
Puede ser una herramienta de gran apoyo para la obtención de los resultados que la empresa quiera obtener en el futuro inmediato. Es activo o proactivo cuando colabora con el buen funcionamiento de la gestión empresarial y se estructura en las siguientes etapas:
- Establecimiento de objetivos jerarquizados de corto y largo plazo.
- Establecimiento de planes, programas y presupuestos que cuantifiquen los objetivos.
- Establecimiento de estructura organizativa (ejecución y control).
- Medición, registro y control de resultados.
- Cálculo de las desviaciones.
- Explicación del origen y causas de las desviaciones.
- Toma de decisiones correctoras.
Objetivos: Interpretar globalmente todas las funciones gerenciales. Integrar las variables estratégicas y operacionales. Tomar decisiones correctas del presente y del futuro. Construir los indicadores adecuados de gestión. Mejorar los resultados. Corregir sobre la marcha las desviaciones. Reaccionar ante los cambios.
Instrumentos: Contabilidad financiera. Auditoría externa. Contabilidad de gestión. Análisis de ratios. Auditoría y control interno. Cuadro de mando. Auditoría operativa.
La definición del control de gestión ha evolucionado en la medida que cambia el modelo de funcionamiento empresarial ante las exigencias del entorno.