Allá por los años cincuenta llegan los primeros animales al Zoo: una pareja de avestruces, un mono, Dril, un águila real y más tarde una pareja de guepardos. Por aquellos años la Fiesta de San Antón se celebraba en el Tempul. Es una buena referencia del cambio de mentalidad ya que en la actualidad no pueden entrar al Zoo animales domésticos, por muchos temas obvios entre otros, las alteraciones que pueden producirse mutuamente los animales y la cuestión sanitaria. Sin embargo, hace 55 años, comprando una entrada del Zoo, se podían visitar, siempre acompañados por un guarda, los depósitos de aguas. En esos años era alcalde de Jerez Álvaro Domecq y el concejal de Parques y Jardines era Alberto Durán. El Zoo le debe su nombre.
Existía en el Zoo una escuela de jardinería muy considerada. En ella se impartían clases de diseño de jardines y sus instalaciones de invernadero y estufas frías eran un referente a nivel nacional.
Se inaugura el primer bar que hubo en el Zoo, un rústico chozo con una pata de jamón siempre visible, que incluso llegó a tener un avispero debajo.
La colección de animales se va nutriendo por donaciones de animales procedentes del Zoo de Barcelona y Madrid. Más adelante vivieron animales del Sáhara español, Guinea Española y donaciones de agricultores y ganaderos de Jerez y la provincia.
En el año 57 hubo un terrible huracán que originó en el Zoo importantes destrozos, sobre todo, en la arboleda y en instalaciones de aves. Los laterales de la carretera central fueron casi destruidos.
En 1958, José María Lassaleta Delclos es nombrado conservador del Zoo. Vivía allí mismo, en una casita junto a los antiguos invernaderos. Era una reproducción bastante fiel de una choza africana, rodeada de árboles y plataneras, con una gran chimenea coronada por una enorme piel de cebra. En los alrededores, todo tipo de pieles y cuernas, en el suelo había mullidas alfombras de pieles de animales africanos. Junto a él vivían su mujer y su hija. Una niña de largas trenzas rubias que vivía entre animales salvajes y ayudaba a alimentar a muchas crías. Entre las crías más populares se encontraba un bebé gorila que paseaba de la mano de la niña por los jardines del Parque. Actualmente no existe nada de estas dependencias.
Durante el periodo de Lassaleta, el Parque, según Pepe Bela, vivió unos años triunfales. Había una maravillosa colección de patos silvestres, una gran colección de faisanes de las mejores variedades. La reproducción era intensa, utilizando para la incubación de todo tipo de aves a las gallinas comunes cluecas y pavas reales. El encargado de la reproducción de aves era Calera, que vivía en el Parque donde actualmente está la sala de exposiciones.
El conservador del Zoo tenía un hermano en África ecuatorial, Luis Lassaletta, cazador de serpientes venenosas y surtió al Zoo de una gran colección de fauna africana, Quitambos, sitatungas, gacelas dorcas, marabúes, grullas coronadas, serpientes pitón siete, enormes ejemplares. También trajo al Parque nueve cocodrilos que murieron al parecer por una bajada de temperatura.
Uno de los gorilas fue operado por el veterinario del Zoo de Barcelona, Ramón Luera, que realizó la primera operación de muelas a un gorila en nuestro país. Todos los periódicos de la época se hicieron eco del acontecimiento pero el animal murió y fue llevado a la facultad de veterinaria de Córdoba. En la actualidad sería una atrocidad tener osos polares en el Zoo, pero hubo 6 ejemplares en el Zoo de Jerez durante 9 meses.
Las relaciones con otros zoos del mundo eran bastante ágiles. En aquellos años el Zoo tenía relaciones con Francia, Portugal, Alemania, Inglaterra, Checoslovaquia, Bélgica, Canadá, Brasil y África.
En 1960 se hacían paseos en burro, previo pago de un ticket de 0,50 céntimos, y paseos en camello con sus monturas. Había piscinas para niños ubicadas en el actual parque infantil, que eran utilizadas por los visitantes previo pago de 2 pesetas. Tuvieron mucho éxito mientras duraron.
La visita a los depósitos de agua era muy interesante y tenía mucho éxito, ya que son como una catedral en su interior. La tarifa de entrada para visitar los depósitos era de 2 pesetas adultos y 1 peseta niños. En 1969 fue nombrado director Alejandro Maldonado Gordon. Maldonado era un gran cetrero, muy amigo de Félix Rodríguez de la Fuente, vino a Jerez invitado por las Bodegas Williams, que le hicieron un homenaje
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