miércoles, 24 de febrero de 2010

Curiosidades bodegueras de finales del siglo XIX

De las numerosas bodegas que existían en el XIX, solo González Byass ha sido la única que se ha mantenido fiel a su firma hasta nuestros días. Las demás desaparecieron, se transformaron o cambiaron de propietarios

TAN solo leyendo la publicidad de algunas bodegas jerezanas, de las que existían con sus denominaciones primitivas a finales del siglo XIX, podemos conocer numerosas curiosidades, algunas de las cuales vamos a tratar de recuperar, empezando por la más grande de todas, González Byass, la única que ha llegado hasta nuestros días, sin cambiar de nombre ni de propietarios, aunque en aquel tiempo todavía figuraba como González, Byass & Cº Limited, con bodegas en Jerez, Montilla, Sanlúcar y Puerto Real y agentes en todos los países, con delegaciones, además, en Londres, en 110 Fenchurch Stret y en Oporto, en Villa Nova de Gaya. 

González Byass propagaba sus vinos de Jerez y, además, se anunciaba como "productores de cognac jerezano puro de uva de sus renombradas viñas, situadas en los mejores pagos del distrito de Jerez". Su representante general en España era Ricardo de Valderrama, que tenía su domicilio en el Hotel París, de Madrid.

De esta casa se decía que era enorme su fama y su gran magnitud de negocio, a la que acudían"la mayoría de los forasteros que visitan Jerez", como ocurre ahora, y que su bodega de extracción de 4.400 metros cuadrados, contenía más de 6.000 botas de vino ya dispuestas para la exportación "en toda la variedad de tipos de esta comarca y fluctuando el precio de la bota, desde 20 a 200 libras esterlinas". Otras notas de la época nos indican que González Byass contaba con "el mayor lagar de piedra que existe en Jerez y en el que se pueden hacer en un día mil hectolitros de mosto". Y por otra parte, era muy célebre su "bodega de Los Gigantes, con inmensas cubas destinadas al "coupage" o mezcla de los vinos de tipo y consumo corriente y que pueden contener entre todas hasta 4.100 hectolitros, haciéndose los cabeceos con extraordinaria rapidez y perfección por medio de hélices que mueven en el interior de las cubas tan grandes masas de vino"

Ya eran famosos los toneles de la bodega Los Apóstoles, en la calle Unión. Cada tonel contenía 75 hectolitros y, situado en el centro, el hoy llamado tonel del Cristo y que, en el siglo XIX se conocía como El Presidente, "que hace 165 hectolitros de cabida y ha sido admirablemente construido en los talleres de tonelería de la casa. Contiene este tonel el vino elaborado a presencia de Dª Isabel II, en su visita a esta casa en 1862"

González Byass después de más de un siglo ha experimentado muy pocos cambios de los que podríamos llamar sustanciales, pues se ha mantenido, como empresa familiar, prácticamente en la misma línea, desde su fundación, en 1835. Cuenta, por tanto, con 175 años de antigüedad, desde que la fundara el sanluqueño Manuel María González Angel, a sus 23 años de edad.

En el año 1898, Pedro Domecq que se anunciaba como "casa de comercio", difundía la siguiente noticia: "Esta casa es la más antigua del comercio de vinos en Jerez de la Frontera. Fundada en 1730, figuró desde luego en primera línea en la producción y exportación de vinos, teniendo por base su extenso viñedo propio, de más de 700 aranzadas y alcanzando gran renombre por la pureza e incontestable superioridad de sus caldos.

"En 1824 el Rey D. Fernando VI, reconociendo la excelencia de estos vinos al visitar las bodegas de don Pedro Domecq, le concedió por Real Orden la distinción de usar las arma reales como marca de su casa.

"La casa de Pedro Domecq ha conservado su crédito por la superioridad incuestionable de sus vinos, por la lealtad y buena fe en sus transacciones y por la integridad de sus hábitos mercantiles.

"Además ha sido la primera que ha introducido en España la producción de aguardientes de vino puro, al estilo de Cognac, la que ha obtenido este producto más perfecto y la única que los conserva, añejándolos desde 1866.

"Su larga y honrosa historia comercial -concluía la noticia - es una garantía que el consumidor de sus artículos estimará en alto grado, y sus agentes hacen justificar en todos los mercados del mundo". Domecq se anunciaba como "cosechero, almacenista y extractor de vinos; fabricante y exportador de aguardientes y especialmente de los de estilo cognac fine champagne, destilación de aguardientes de vinos a alto y bajo grado, con aparatos perfeccionados de diferentes sistemas. Casa en Londres: 6 & 7 Grat Tower Street".

Una bodega ha pocos años desaparecida, absorbida por otra, es la de Valdespino, de la cual se decía a finales del XIX que ocupaba en la calle Pozo Olivar 16, "una de las mayores bodegas de Jerez, reuniendo en diversas y contiguas instalaciones, escritorios, tonelerías, imprenta particular, máquinas, jardines", etc. Por otro lado, si recordamos la antigua bodega de Antonio R. Ruiz Hermanos, ubicadas en la calle Lechugas, también desaparecida hace varios años, de ella se decía que "la autoridad de D. Antonio Rodrigo Ruiz, como perito sin rival en materia de vinos es indiscutible en Jerez (…) y que en sus naves "tienen vastísimas existencias de almacenado en añadas y soleras que constituyen una de las más firmes bases del crédito de esta marca" (…) Las fábricas de pipería, alambique, embotellado y demás elementos del negocio(…) dan idea de la importancia de esta casa"

Una casa fundada en 1849 con el nombre de J. Ibarburu y Cª, que pasó luego a llamarse García Borbolla y Cª, tenía fama de ser "una de las de más ilustre abolengo en el negocio de vinos jerezanos". Sus bodegas de almacenado estaban situadas en las calles Pedro Alonso 10 y San Francisco de Paula 12. Además tenía casa en Londres "y posee en el mercado inglés una escogida clientela". El Jerez Oloroso N.P.U., el Fino Regente y el Fino Borbolla eran sus vinos más emblemáticos.

Hacia el año 1695 ya existían pruebas de la existencia de la famosa bodega del CZ, marca propiedad de Joaquín María Rivero, con marcas tan prestigiosas como la antiquísima "Montana", Cabeza 1770, Tixera 1783, Trafalgar 1805 y otras marcas que ya pasaron a la historia de los vinos jerezanos. Y recordando al primer Julián Pemartín, digamos que este fue quien plantó la viña del Cerro de Santiago, que produjo tan exquisitos vinos dio, y cuya espléndida casa visitaron los Infantes Duques de Montpensier. Las dependencias bodegueras se hallaban situadas en el lugar llamado Huerta Pintada, cerca de la Estación del Ferrocarril.

Esta firma bodeguera contaba con representantes y agentes en Londres, París, Nueva York, Glasgow, Dublín, Liverpool, Berlín, Hamburgo, Viena y en los principales centros comerciales de Europa y Ultramar; y sus mejores vinos habían sido premiados en cuantas exposiciones se exhibieron; últimamente con un gran diploma de honor en la exposición de Burdeos de 1895.

No hay comentarios:

Publicar un comentario