sábado, 19 de junio de 2010

Vacaciones Estivales



Vacaciones. ¿Y? Campamentos, convivencias y cursos impagables de inglés of course para los hijos. Felicidades chicos, dejadnos un poco de respiro. Os queremos, pero iros unos días, ya veréis qué bonito, una maravilla. El curso ha sido de órdago. Iros, iros… ¡Qué tranquilidad, qué repentino sosiego! O se piensa en cruceros, o en ir a Nueva York, Boston, Sidney o Praga. O mejor a la Patagonia o a los fiordos noruegos o al Himalaya. Convengamos en que los sueños no tienen presupuesto. Por lo tanto unos días en Roma, para rematar en Escocia o en una casita de la campiña inglesa parecida a la de C. S. Lewis en la película Tierras de penumbra. Es una opción que no deja de tener su interés. O a Puerto Rico, y ser “el contemplado” de Salinas, o seguir los versos de Juan Ramón. Y a la semana dar el salto a Canadá, para caminar entre sus inmensos bosques y aprender un poco de modestia. No me disgustaría ir a unas cuantas bibliotecas del mundo. Y librerías. Prometo no abusar. ¡Pero si son sueños! Pues claro que abuso, faltaría más, y gasto lo que sea en preciosas ediciones, postales, abrecartas o separadores. Hace tiempo que pienso en una casa a la orilla de un océano donde poder fijarme hasta en el menor detalle de las olas. No hay otra en veinte kilómetros a la redonda. La casa es de una planta, pero es grande, y está cercada por una elemental cerca de madera blanca. Suficiente. El propietario la tiene llena de libros y aparejos de pesca. Paseos, lectura, y seguir el vuelo de las gaviotas y cormoranes; y fijarse con precisión en la luz… ¡Cuántos paisajes quedan por ver en el alma! Nada de hoteles o conglomerados de lujo. Lo esencial: ella y yo, y un lugar apacible. El cielo es el mismo para todos, y esa luz, y esas nubes. Y unas bicicletas de colores. El mundo está lleno de ventanas, de balcones y terrazas donde asomarse a lo imprevisto de un poco de belleza o a la noche que alberga las estrellas. Vacaciones: sueños de niño, conchas marinas y la cerveza fría en la piscina con unas patatas fritas. Y cuando pasan los años no dejas de bucear en los recuerdos, plagados de cosas sencillas. Los abuelos, el frontón, los rosales, la lectura de los mosqueteros, las moscas, las campanas, y el desván donde cabía todo lo que soñabas. Y a lo que te das cuenta ya han vuelto los hijos y te despiertas.

viernes, 18 de junio de 2010

Atisbos de felicidad



Mi familia. El mismo techo. El agua de la ducha.
La camisa recién planchada. El olor de su almohada.
La luz que nos despierta. Salir a la calle con Ana.
En los bolsillos nada. Una racha de viento en la cara.
Las personas sinceras. El color de las cosas.
La casa encendida de Rosales. El rumor de las hojas
y el de las olas que salpican mis sueños.
El pañuelo fucsia a juego con su alma.
Todo aquello que no puedo expresar con palabras.
El fulgor de los geranios en una plaza. Los reflejos
de la belleza en los escaparates. Las burbujas
cuando buceas. Una librería. Entrar en una iglesia.
Descubrir un nuevo beso. Un batido de fresa.
La hierba fresca y la piel morena de sus piernas.
Las risas de mis hijos. Un poco de lluvia.
Y el río Jiloca y los juncos y los chopos y la bicicleta.
(Y mientras tanto mi vida que se desvive por ella
y que no me deja tiempo para medir estos versos).

El Vinagre de Jerez: elaboración

Lejos quedan los tiempos en los que el bodeguero se avergonzaba del vino que se avinagraba; el condimento jerezano es uno de los productos con más personalidad

El Vinagre de Jerez es el resultado de la fermentación acética de los vinos del Marco de Jerez. Tras su elaboración, este vinagre debe pasar un período de envejecimiento en botas de madera de roble o castaño siguiendo el tradicional procedimiento de 'criaderas y soleras' mediante el cual, por combinación de vinagres más jóvenes con otros más viejos, se obtiene el producto final con su tipicidad.

Este exclusivo sistema de crianza permite establecer un excelente equilibrio gustativo entre la complejidad aromática del viejo vinagre y la acidez, también necesaria, que aporta el vinagre más joven. El resultado es una alta concentración de aromas, reflejada en su color caoba.

De entre los múltiples factores que determinan su carácter único, es sin duda el origen el que determina su extraordinaria calidad. Recibe su exclusiva personalidad de los vinos de Jerez, vinos nobles por excelencia de los que hereda insuperables cualidades y matices. 

En consecuencia, es el Marco de Jerez y sus tierras albarizas, que acogen el cultivo de las variedades de uva Palomino, Pedro Ximénez y Moscatel, el origen y privilegiado entorno del que proviene uno de los condimentos más apreciados del mundo. 

CRIANZA ÚNICA

A esto hay que añadir su proceso de elaboración artesanal único. En la quietud de las bodegas del Marco de Jerez, el vinagre se envejece siguiendo un proceso de crianza exclusivo: el tradicional sistema de soleras y criaderas, en virtud del cual los vinagres más viejos, destinados a embotellado, se extraen de las barricas más próximas al suelo (soleras). 

La cantidad extraída se sustituye por una cantidad equivalente de la fila superior de botas (primera criadera), que contiene vinagre más joven, y ésta a su vez es refrescada por otra segunda con vinagre más joven aún (segunda criadera) y así sucesivamente. 

Este genuino proceso de envejecimiento aporta una calidad excepcional y permite que ciertos vinagres de Jerez alcancen edades muy superiores a los 10 ó 20 años de vejez. 

Una cuidada y prolongada crianza que explica la elevada complejidad y, sobre todo, la alta concentración que caracteriza a este condimento, rasgos que lo convierten en un extraordinario estímulo para los sentidos. Aromas y sabores en los que convergen sabiduría, tradición y culto al tiempo.

Muy lejos, pues, han quedado los tiempos en los que el bodeguero se avergonzaba del avinagramiento de una de sus botas y las escondía en lo más recóndito de la bodega. Ya nadie discute que el vinagre de Jerez constituye uno de los productos con más relevancia y personalidad del Marco.

jueves, 10 de junio de 2010

Kaleidoscopios digitales

Kaleidoscopio-Vyokal 
He aquí dos kaleidoscopios «digitales»: dyoy vs vyokal  y vyokal  (del mismo autor). En el primero se pueden utilizar herramientas de pintura para ver el resultado en el tubo kaleidoscopio; en el segundo basta colocar formas sencillas bajo el «radar». Simpáticos juguetes para pasar un rato.
{Esta anotación fue publicada originalmente en Microsiervos  en junio de 2008.}

martes, 8 de junio de 2010

El vinagre de Jerez: su historia

El vinagre de Jerez es el primer vinagre de vino con Denominación de Origen de España. Aderezo singular y de una calidad excepcional, su alta concentración aromática y su versatilidad le han valido el actual estatus de condimento estrella de la gastronomía universal.

Como si de un exquisito perfume se tratara, unas cuantas gotas de vinagre de Jerez bastan para transformar cualquier plato en una verdadera celebración para los sentidos. A su acidez, que le otorga un potencial único para realzar el sabor de los alimentos, se suma todo un abanico de matices que delatan su distinguida procedencia y elaboración artesanal.

El vinagre de Jerez es, por tanto, mucho más que un apreciado condimento. Es un producto único, inimitable, cuya identidad es el resultado de su propia historia y particular origen. Nace de los vinos del Marco de Jerez, vinos nobles por excelencia de los que hereda sus genuinas cualidades.

La historia del Vinagre de Jerez está íntimamente unida a la historia de los vinos de los que procede. Una historia que comienza en el s. VII a.c., con la llegada de los fenicios a esta zona de la península ibérica. Estos navegantes arribaron a la comarca de Jerez trayendo consigo cepas que plantaron en sus tierras albarizas. De su actividad vitivinícola aún hoy se conservan vestigios, como el lagar fenicio del yacimiento del Castillo de Doña Blanca.

Como ocurre en cualquier otra región vinícola de larga tradición, el vinagre ha sido siempre un compañero de viaje del vino. Un compañero temido, por cuanto la acetificación incontrolada era y es uno de los grandes riesgos del arte vinícola. La excesiva acetificación inquietaba enormemente a los primigenios bodegueros del Marco de Jerez que, desde la más remota antigüedad, aplicaron su sabiduría a intentar entender y ayudar a la naturaleza en su lento proceso de transformación del zumo de la uva. Sin embargo, también desde hace siglos supieron entender que, en ocasiones, cuando la naturaleza elige un camino, lo mejor es plegarse a sus designios: así nació el Vinagre de Jerez.

Esos primeros bodegueros jerezanos comenzaron a separar aquellos vinos cuyo nivel de acidez se elevaba por encima de lo deseado para que no influyeran en el resto. Así, proliferaron pequeñas y recónditas bodegas a las que eran confinadas esas botas de vinos "picados", o ligeramente avinagrados, que herían el orgullo del capataz. Nacieron entonces una serie de bodeguitas oscuras y apartadas, lugares casi mágicos, en los que estos vinos avinagrados envejecían mediante el tradicional sistema de soleras y criaderas, al tiempo que se iban acetificando lenta e inexorablemente. El vinagre resultante iba adquiriendo así un carácter único y un grado de concentración extraordinario.

Así, lo que nació como fallo de la naturaleza pronto habría de convertirse en uno de los productos más selectos y apreciados de la bodega. Un producto que, paradójicamente, era al mismo tiempo fracaso del bodeguero y uno de sus principales orgullos. El vinagre de Jerez pasó a ser objeto de culto, descubriéndose como un condimento sin igual, cuya distribución estaba reservada al círculo más íntimo de las familias bodegueras. 

Con la mejora de las técnicas vinícolas y de los métodos de control sobre aquellos aspectos que inciden en la evolución de los vinos, el volumen de vino "picado" a que habían de enfrentarse los bodegueros del Marco de Jerez era cada vez menor. No obstante, las criaderas de vinagre siguieron alimentándose con vinos seleccionados al efecto, forzando así su acetificación. Pero el vinagre de Jerez no comenzó realmente a comercializarse hasta el s.XIX, con la llegada de numerosos comerciantes procedentes de Francia. Estos gourmands franceses pronto apreciaron su genuino sabor y comenzaron a importarlo al país galo.

lunes, 7 de junio de 2010

Sparklines para Excel 2003 y 2007

Sparklines es un pequeño gráfico de líneas, barras, superficie, circular, áreas, etc., que se puede ubicar en una celda, facilitando información intuitiva y sencilla sobre datos de determinadas filas o columnas de Excel. 
Fue propuesto por Eduard Tufte que lo define como "gráficos de tamaño palabra". Este concepto de gráfico, por su sencillez,  es muy útil para una visión rápida e inmediata de la evolución de determinadas variables, por ello cada día tiene una mayor implantación a través de las aplicaciones web, destacando como ejemplo los empleados en las estadísticas de Google Analytics.
Esta función ya viene incorporada en Excel 2010, pero se puede utilizar también en Excel 2003 y 2007, bajando e instalando los siguientes complementos. Además hay interesantes videos sobre su aplicación, publicados en YouTube.