
Mi familia. El mismo techo. El agua de la ducha.
La camisa recién planchada. El olor de su almohada.
La luz que nos despierta. Salir a la calle con Ana.
En los bolsillos nada. Una racha de viento en la cara.
Las personas sinceras. El color de las cosas.
La casa encendida de Rosales. El rumor de las hojas
y el de las olas que salpican mis sueños.
El pañuelo fucsia a juego con su alma.
Todo aquello que no puedo expresar con palabras.
El fulgor de los geranios en una plaza. Los reflejos
de la belleza en los escaparates. Las burbujas
cuando buceas. Una librería. Entrar en una iglesia.
Descubrir un nuevo beso. Un batido de fresa.
La hierba fresca y la piel morena de sus piernas.
Las risas de mis hijos. Un poco de lluvia.
Y el río Jiloca y los juncos y los chopos y la bicicleta.
La camisa recién planchada. El olor de su almohada.
La luz que nos despierta. Salir a la calle con Ana.
En los bolsillos nada. Una racha de viento en la cara.
Las personas sinceras. El color de las cosas.
La casa encendida de Rosales. El rumor de las hojas
y el de las olas que salpican mis sueños.
El pañuelo fucsia a juego con su alma.
Todo aquello que no puedo expresar con palabras.
El fulgor de los geranios en una plaza. Los reflejos
de la belleza en los escaparates. Las burbujas
cuando buceas. Una librería. Entrar en una iglesia.
Descubrir un nuevo beso. Un batido de fresa.
La hierba fresca y la piel morena de sus piernas.
Las risas de mis hijos. Un poco de lluvia.
Y el río Jiloca y los juncos y los chopos y la bicicleta.
(Y mientras tanto mi vida que se desvive por ella
y que no me deja tiempo para medir estos versos).
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