LA semana ha estado plagada de noticias que bien pudieran merecer un comentario y ocupar el contenido de esta sección. Por recordar está el caso de ‘los asesores municipales’ fichados a dedo tanto por Pacheco como por Pilar Sánchez, en claros casos de nepotismo, digan lo que digan los Tribunales, que tiene detrás la cortina de si Pedro Pacheco se presenta o no a las próximas elecciones, en función de estos fallos judiciales. Doña Pilar comenzó por embarrar la calzada y ahora le va a resultar difícil salir de esos lodos. No es menos preocupante la denuncia del PP sobre los datos aportados por la Cámara de Cuentas de Andalucía que señala que la ciudad de Jerez tiene un 400 % más de deudas que el resto de las poblaciones andaluzas de más de 50.000 habitantes, lo que dificulta de manera grave cualquier intento de refinanciación o de salir del agujero en el que este Ayuntamiento nos ha metido.
Tampoco estaría nada mal dedicarle unas líneas al premio recibido por González Byass, en Londres, como la mejor bodega del mundo en el año pasado, y ocuparse del reconocimiento de la Unesco al flamenco como patrimonio de la cultura universal. Por cierto, ya he podido ver la película ‘Flamenco, Flamenco’ de Carlos Saura y se la recomiendo a cualquiera que se sienta atraído por este arte. Me resultó ilustrativa, digna, ligera y muy bella. Y también se podría comentar la larga entrevista con el nuevo presidente del Consejo Regular, del pasado domingo o el pase de Cajasol a Banca Cívica, huyendo de los garfios socialistas de Unicaja. Pero prefiero quedarme en asuntos de la jerezanía en Madrid y con vistas a un inmediato futuro. No es noticia, porque ya lo he leído en el Diario, pero ya saben que la Berza de Navidad de este año, de los Jerezanos en la Diáspora, estará dedicada a homenajear a Bertín Osborne. A mi me parece muy bien esta dedicatoria a un hombre que empezó por la canción, siguió por la venta de vinos, hizo de señor presentador de varios programas televisivos –siempre fue señor antes que presentador—y ha acabado en el gremio empresarial del sector alimentación, eso sin tener en cuenta su constante labor a favor de los niños discapacitados. Siempre apareció caballero, simpático, eficaz, atractivo y de buen tono. Tenemos amigos comunes, pero nunca he tenido la oportunidad de tenerlo cerca en cambios de impresiones, pero es de las personas que “caen bien” y hace de su andalucismo y de su jerezanía una especie de bandera como porta estandarte de su personalidad.
La cita es para el día 14, en convocatoria a todos los jerezanos que pisoteamos por Madrid y allí acudirán de buen grado más de centenar y medio de paisanos con la copa de jerez como identificación. Merece la pena recordar que para el día siguiente, el quince, es la convocatoria de las mujeres jerezanas, que cada año aglutina a más señoras de la tierra. Lo hacen bien, lo hacen con simpatía, hay menos personalismos y aunque no tienen ayudas especiales ni en precios ni en vinos -yo creo que hasta el Consejo Regulador duda en seguir como “donante”- las señoras, de todas las edades y procedencia social, se lo pasan en grande. Creo saber que ya se ha invitado a esta convocatoria a nuestra parlamentaria jerezana, Mamen Sánchez y a la líder de la oposición municipal, María José García Pelayo.
La convocatoria de Jerezanos en la Diáspora cumple treinta y cinco años, lo que ya supone madurez, sabor añejo y recuerdos en la memoria de sus primeros organizadores y de muchos que se nos han quedado en el camino por simples razones de edad. ¡Hay que ver la cantidad de copas que han caído desde entonces!
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