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En este particular repaso a la segunda guerra de los navegadores le toca hoy el turno al "malo" de la pel??cula, elInternet Explorer de Microsoft. Y digo "malo" no en el sentido maniqueo con muchas veces se analiza el sector (Microsoft es el diablo, otras compa????as los salvadores) sino por la posici??n de absoluto dominio del mercado que cualquiera que entienda que la competencia estimula la innovaci??n, rechaza. Por ello y porque Internet Explorer arrastra un historial de escaso respeto a los est??ndares, pesadilla de toda una generaci??n de desarrolladores web.
Empezando por el tema de los est??ndares, no es una cuesti??n sencilla. La decisi??n es si hacer un navegador compatible con la web que existe o hacerlo escrupulosamente cumplidor de los est??ndares. Cuando Explorer aparece y se configura como alternativa a Netscape, la web que tiene que "leer" no es precisamente un campo de ortodoxia. Hay que esperar hasta Internet Explorer 8 - todav??a en beta - para asistir a un soporte de est??ndares por defecto. Mucho, demasiado tiempo, aplazando una decisi??n que hoy d??a todav??a causa pol??mica: figuras como Joel Spolsky cuestionan el movimiento.
Volviendo hacia atr??s merece la pena detenerse en Internet Explorer 7: tras cinco a??os de par??n, Microsoft resucita a su navegador y saca una versi??n que al menos intentaba ponerse al d??a. ??Qu?? hab??a pasado en ese tiempo? Netscape hab??a seguido cayendo en picado, pero ten??amos con nosotros a una estrella creciente, Firefox. Opera y Safari exist??an, pero no supon??an una gran amenaza. Cinco a??os detenidos tras haber cocinado el entierro de Netscape, haber integrado Explorer en el sistema operativo y haber dejado como instrumento de navegaci??n para la gran mayor??a de los usuarios un producto tan discutible como Explorer 6.
Volviendo la vista atr??s, creo que desde la propia Microsoft se reconoce que detener el desarrollo de Explorer fue un tremendo error. En aquel cambio de siglo sucedieron dos cosas que ayudaron a tomar esta senda: el pinchazo de la burbuja y el descubrimiento de que en realidad el navegador no ayudaba a imponer las tecnolog??as en el servidor. Aunque todo el mundo usaba Explorer, eso no ayudaba a redirigir el dinero del software en el servidor (Esos Apache, los servidores de aplicaciones Java, esas bases de datos Oracle), por lo que Microsoft se quedaba como l??der en un sector en el que hab??a arramblado ofreciendo el producto gratis y preinstalado.
Pero desde aqu??l 2001 han cambiado mucho las cosas, sobre todo porque ahora s?? que hay una disputa importante por software que se ejecuta dentro del navegador. Por un lado los servicios preinstalados (sobre todo el buscador por defecto, Windows Vista influye en el mercado de los servicios online), por otro ese redirector de tr??fico que son las barras del navegador y, sobre todo, la batalla por las tecnolog??as que habilitar??n las aplicaciones web del futuro. Si el nuevo paradigma para las RIA son los runtime que van m??s all?? de Ajax y Javascript, la baza de Microsoft en este sector se llama Silverlight, que ya analizaremos en otro post como el producto clave en esta confrontaci??n.
En m??viles la batalla es la experiencia de usuario, aspecto en el que est??n mejorando Windows Mobile, pero me resulta un mercado demasiado fragmentado en plataformas como para poder comparar. Explorer 7 no es mal navegador, tampoco Explorer 8 tiene pinta de serlo (he jugado un poco con la beta pero es demasiado inestable), tienen a su favor la inercia de millones de usuarios y en contra el fabuloso ecosistema que se ha generado alrededor de Firefox.
Os dejo, no pod??a ser de otra forma, con Enjuto y su conversaci??n con el icono de Explorer:
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