La sede de la Fundación Teresa Rivero abre el próximo septiembre

La Fundación Teresa Rivero abrirá su nueva sede en la ciudad en el próximo mes de septiembre. Las obras en el antiguo palacete de los Pérez-Luna van a buen ritmo y todo hace presagiar que se cumplirán con los plazos previstos y que en la primera quincena de mes, "coincidiendo con las fiestas de la vendimia, podamos abrir nuestras puertas aquí". Así de optimista se muestra el vicepresidente de la Fundación jerezana, Juan Manuel Corchado, que ve con ilusión el traslado de sede desde el complejo de bodegas Garvey hasta el centro de Jerez en el corazón de una plaza que lleva precisamente el apellido de Rivero, como el de la presidenta de la fundación.

Toda una obra de arte es lo que se está haciendo con esta casa señorial en la que se mezclan elementos de construcción de distintas épocas, elementos que se han tratado de conservar, como matiza el arquitecto que ha conducido el proyecto de adaptación, Ramón González de la Peña. Su estudio es el que ha sacado mil y un detalles para que el palacio se convierta en un enclave adaptado a las necesidades de hoy y a la funcionalidad de una oficina "a la que la gente se acerca especialmente a pedir, porque hay muchas necesidades, tantas que hay muchas que no llegamos a cubrir. Aunque también hay gente que viene a dar y a ofrecer", como apunta Corchado. 

Tres plantas son las que van a dar forma a la generosidad de una Fundación que ha dejado desde el año 2005 miles de euros por y para Jerez, como indica su lema. "Procuramos que todas las ayudas que se conceden se queden en Jerez. Lo que no hacemos es concederlas a título personal, sólo a entidades y asociaciones porque existen distintas vías para otras necesidades". Gracias a los casi mil metros cuadrados con los que se contará a finales de verano se podrá hacer realizar la segunda de las vertientes a las que aspiraba la Fundación Teresa Rivero, la de la cultura. De hecho, distintas dependencias de la sede se han reservado para actos culturales ya sea para acoger conferencias o para exposiciones. En la primera planta se dispone de un espacio diáfano en el que se conserva uno de los tesoros que encierra este palacete, una de las tareas más complicadas que se han llevado a cabo en este proyecto. Se trata de un lienzo de la muralla que estaba oculto por una pared y que se ha recuperado para la ocasión en una compleja tarea, como explica el arquitecto González de la Peña. La iluminación juega además un papel fundamental en esta estancia, donde se pueden intuir las almenas desde las que se controlaba la ciudad. En esa misma planta se albergará además la biblioteca de la Fundación. Ya en la tercera planta, otros espacios servirán para la exposición de distintas muestras y para el futuro centro de Nuevas Tecnologías, "que aún se está cociendo". 

Otras dos joyas de esta sede arquitectónicamente hablando son la escalera y un reloj solar que lleva más de dos siglos en la fachada de la casa. Se remonta al siglo XVIII y de nuevo vuelve a relucir como originalmente gracias a la mano del estudio de González de la Peña. Los que quieran apreciarlo sólo deben reparar en la parte superior derecha de la fachada, algo que no deben perder de vista ni de día ni de noche, ya que otro reloj se iluminará para dar luz a las noches jerezanas. Así, la sede de la Fundación contará además con una escalera creada expresamente para este proyecto, al margen de la original. 

De otro lado, hay que destacar el plano de la decoración, que ha sido supervisado por Socorro Ruiz-Mateos y Bernardo Landeta, ya que no falta ni un detalle. Todo el mobiliario está ya adquirido y dispuesto para ser colocado. De hecho, se estaba colgando ya la lámpara para la escalera original. "Se ha pensado en algunas estancias nobles y otras con un estilo más funcional, como pueden ser las oficinas en las que se atienda a la gente de Jerez". 

Lejos de lo meramente arquitectónico, la Fundación Teresa Rivero espera seguir ayudando a los jerezanos que lo necesiten como ha venido haciendo hasta ahora, algo a lo que aspira a seguir haciendo durante muchos años más.